jueves, 27 de noviembre de 2014

PREMIO: ¡¡UNA OLLA!!!

Pues eso, que una va a comprar casi cada día, diseña el menú semanal, carga con el carrito de la compra, compara precios, busca la fruta de temporada, la escoge, se fija en la procedencia de la carne y el pescado, busca productos gourmet que han salido en la prensa e intenta que la alimentación de la familia sea equilibrada: cinco piezas de fruta al día, pocas grasas, mucha verdura, etc...

En fin, ¿qué les voy a contar si ya lo saben? (sobre todo las marujas como yo) ¿Y todo para qué? Pues para que tu familia esté bien alimentadita, que tus hijas rebosen salud por los poros y que tu marido vaya a trabajar por las mañanas deseando volver a casa a mediodía para que pruebe esos platicos que una prepara con tanto esfuerzo.   Y, seamos sinceras, ¿quién no está de acuerdo con aquello que nos enseñaron nuestras abuelas?: "¡A los hombres se les conquista por el estomago!" ¡Jajajaja! Uf.... escribiendo esto me puedo imaginar la cara de algunas...

Bueno, sigo. Después de todo este trajín que supone tener a tu familia bien alimentada y contenta, ¿quiénes son los siguientes en estar muy contentos?
¡Pues los supermercados! Que deberían mimar mucho; pero mucho más, a estas clientas fijas que el único premio que nos llevamos por su parte es que de vez en cuando alguna chica con pinta de azafata nos ofrezca un bocadito para degustar. Y, bueno, dependiendo de la hora a la que vayas a comprar, esa tostadita con queso, esa galletita de chocolate o ese salmón ahumado ¡te sabe a gloria! Olvídense de las degustaciones de leches, zumos, yogures y líquidos varios... Lo que una  quiere cuando va a comprar es ¡comeeeeeeer! Déjense de historias con esos chupitos sin alcohol. Llenen las bandejas de tapas, ¡que eso si que tiene éxito..!

¡¡Ay... que me pierdo!! 

Así que después de todo lo que les cuento no me podrán negar que se te pueden salir las lágrimas si una vez que estás en la registradora anuncian por megafonía que te has ganado un premio... ¡siiiiii! ¡El súper al que voy cada día, después de tantos años, me ha premiado! Una se queda mirando para todas partes, sorprendida y ¡¡casi en shock!! Solo las que nunca han ganado ni el reembolso de la lotería me entienden.

En fin, que allí mismo, en la caja, veo que me ha tocado esta maravillosa sartén y, no es broma; pero les prometo que estoy súper contenta con mi  cacerola. ¡Es ideal para mi arroz negro de los domingos, para mis guisos y salteados! Tenía miedo que no sirviera para mi encimera pero resulta que sí. Además, es ideal porque se puede meter en el horno y en el lavavajillas. Es de aluminio fundido y no pesa naaaada. 

En la fotografía pueden ver la marca. ¡Creo que yo me comprare más ollas de esta casa!

Y, por favor, encargados de marketing de supermercados: a ver si cuidan más a las marujillas y nos dan más alegrías como esta.

Que sí, que sí... Que nos gustan los regalitos; ¡aunque sean para marujear!


Besos,

Julia H.